La andropausia o ADAM (por sus siglas en ingles: Androgen Deficiency in the Adult Male), implica un gran número de cambios corporales, pero casi la totalidad de los hombres que consulta lo hace solo por problemas relacionados con la sexualidad.
Cambiar de perspectiva es la mejor manera de mejorar su vida...
La andropausia o climaterio masculino, es esa etapa de la vida en la que se experimenta una disminución de los niveles de hormonas sexuales masculinas, también llamadas andrógenos, con consecuencias o síntomas entre los cuales se pueden enumerar:
Cambios de carácter, Cansancio, Debilidad, Falta de apetito, Baja concentración, Acumulación de grasa en la zona abdominal, Irritabilidad y depresión, Insomnio y/o dificultades durante el sueño, Alopecia y calvicie, Pérdida de masa ósea, con la consecuente propensión a las fracturas, Riesgo de osteoporosis.
Riesgo de infarto, Período refractario (tiempo entre eyaculaciones) más prolongado, Disminución del tamaño testicular, Cambios en la calidad de los espermatozoides.
Menor volumen de eyaculación, Disminución del deseo sexual, Erecciones tardías Disminución en la potencia sexual, Anorgasmia, menor maza muscular, disminución en estatura, etc..
Por supuesto, no todos estos trastornos le llegan a los hombres andropaúsicos al mismo tiempo, y muchos de ellos podrían no experimentarlos en ningún momento. Sin embargo, pese a la variedad de síntomas que, como se puede observar, se producen en esta etapa de la vida, los hombres sólo concurren a los consultorios y aunque importante, por una única preocupación: su función sexual.
De hecho, los especialistas estiman que casi el 90 por ciento de los adultos que están atravesando la andropausia realizan la consulta médica por haber experimentado algún tipo de disfunción sexual, sin tener en cuenta que existen otros factores problemáticos que podrían estar viviendo, también relacionados con esta disminución hormonal.
El problema se agrava aún más por el hecho de que una gran parte de los profesionales médicos no tiene una adecuada formación para tratar la andropausia, que es mucho más difusa y menos tenida en cuenta que la menopausia, con lo que no saben cómo realizar una completa evaluación del paciente, lo cual puede provocar que el mismo esté más propenso a grandes riesgos de salud, como sufrir un infarto o un fractura a causa de una osteoporosis.
A partir de los 40 años, los niveles de la hormona testosterona, producida por los testículos, comienzan a disminuir, a un ritmo aproximado de un 10 por ciento cada década. A los 45 años se empiezan a advertir los primeros síntomas, y a partir de los 50 años, los bajos niveles de testosterona se dan en uno de cada dos hombres.
Ya entrados en los 60 años, se estima que más de la mitad de los hombres podrán sufrir alteraciones derivadas de la andropausia, y para los 70, el 70 por ciento de los adultos tiene bajos niveles útiles para el organismo, principalmente a causa de la gran disminución de la hormona testosterona, la cual, si bien no es la única que disminuye durante la andropausia, sí es la más importante.
Como sucede con todas las condiciones médicas, cada caso es único y particular, por lo que, como señaló, no todos experimentarán los mismos síntomas.
De hecho, si bien en todos los hombres existe una disminución de nivel hormonal a partir de la mediana edad, aquellos que tengan valores más de testosterona que el promedio, es decir de 7 a 9 nanogramos por milímetro de sangre, (los valores oscilan entre 3 y 9 nanogramos) seguramente no sufrirán mucho el descenso y podrán llegar a la vejez sin mayores problemas relacionados.
Sin embargo, este no es el caso de la mayoría, por lo que son cientos de miles los hombres que están expuestos a serios riegos de salud a causa de la andropausia, como los infartos, la osteoporosis, o la pérdida de masa muscular (se da en un promedio de un 15 por ciento), a pesar de que tan sólo concurran al médico por razones vinculadas a una disfunción sexual.
Es por esta razón, sumada al desconocimiento médico, que una gran cantidad de especialistas en el tema señala que, en comparación con la menopausia, la difusión y conocimiento de la andropausia, se encuentra atrasada en varios años.
No se trata de negar la importancia de las causas por las que los hombres llegan al consultorio, que tienen que ver principalmente con la disminución del deseo sexual así como también con alteraciones en la calidad de la erección ( entre los 40 y 70 años más de la mitad de los hombres sufre algún grado de disfunción eréctil) sino de resaltar la importancia de acercarse a la consulta por otros problemas relacionados con la andropausia.
Los cuales también pueden ser muy perjudiciales, como por ejemplo el cansancio excesivo o el importante aumento de la grasa corporal, lo que puede llevar a la obesidad o los cambios de comportamiento.
Es fundamental que comience a darse un cambio de cultura con respecto a las consultas masculinas, sobre todo por el aumento de la expectativa de vida, que marca que cada vez se viven más años en la pos-andropausia, lo que se logrará una mejor calidad de vida. Asimismo, brindar a los médicos mayor y mejor información sobre estos temas.
En este último sentido, las dificultades de diagnóstico tienen también que ver con que la andropausia es más gradual y por ende más difícil de detectar que la menopausia.
Se sabe también que los hombres son más reacios que las mujeres a la consulta médica, lo cual no ayuda en nada, por lo que buscamos informar a fin de lograr un mayor diagnóstico, a sabiendas del tratamiento adecuado que se logra de esta enfermedad.
La conveniencia de restaurar los niveles de testosterona mediante la técnica de reemplazo hormonal, es una de las cuestiones más discutidas dentro de la comunidad médica. Se sabe que gracias a esta técnica, es posible mejorar las funciones sexuales, pero durante mucho tiempo se dijo que la misma también traía aparejado un mayor riego cardíaco.
Sin embargo, nuevas investigaciones han demostrado que al restaurar los niveles de testosterona a valores normales suele descender el colesterol y se manifiesta, gracias a esta hormona, una dilatación de los vasos coronarios, todo lo cual ayuda a reducir el riego cardiovascular.
Por eso, muchos especialistas se están inclinando a la terapia de reemplazo, dentro de un tratamiento integral que también contemple hábitos de vida saludables, como una buena dieta, el control del peso, la eliminación del tabaco, y la puesta en práctica de una rutina de ejercicios físicos.
No todos los pacientes serán susceptibles de tratamiento de terapia de remplazo y será su urólogo, tras una adecuada evaluación, quién determine su uso correcto. Hoy encontramos modernas terapias como es la inyección cada tres meses de testosterona Nebido®, cuya principal ventaja, es mantener los niveles de hormona en los rangos fisiológicos o normales, con cuatro aplicaciones al año.
Dr. José Alberto Pabón Pérez
UROLOGO ANDROLOGO
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www.andrologia.cl
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